Hablemos de las Holofonías.



     El sonido holofónico es el equivalente a una imagen holográfica, en pocas palabras, podría ser algo como un "sonido en 3D". Para lograr la percepción del oyente respecto a la posición de la fuente de sonido, se graban las secuencias de cada oído independientemente empleando una cabeza de maniquí equipada con dos micrófonos omnidireccionales situados a la altura de cada oreja. Esta técnica de espacialización sonora fue desarrollada por el argentino Hugo Zuccarelli, y consiste muy a groso modo en simular como nuestros oidos escuchan los sonidos a nuestro alrededor.


Historia de la holofonía

     El sonido holofónico (Holophonics TM) fue desarrollado y patentado por primera vez en 1980 por el argentino Hugo Zuccarelli. Aplicando el concepto del holograma al sonido, conseguía perfeccionar el sistema de grabación binaural. Ésta se basa en la teoría de que las relaciones interaurales (diferencias de tiempo e intensidad entre los oídos) no podían determinar por sí solas la localización de una señal en el meridiano de la cabeza (adelante-atrás, arriba-abajo), dado que éstas son nulas. A todos los efectos prácticos, un sonido que llegara a los dos oídos al mismo tiempo no podría ser localizado (mono). Otro fenómeno detectado por Zuccarelli era que sonidos percibidos en forma directa, sin haber sido grabados, podían ser localizados aun cuando se emplease un solo oído.

     Para sus detractores, que creen que no es posible tapar totalmente un oído con tapones, Zuccarelli presentó evidencia con sordos totales de un solo oído que podían localizar sin problemas los sonidos en 3D. La nueva teoría entonces fue la única alternativa propuesta para explicar fielmente las características de la audición humana, y más aún para reproducirlas.

     El primer prototipo de oído artificial holofónico (Holophonics TM) fue llamado Ringo (por Ringo Bonavena, el pugilista argentino), y fue usado para grabar el disco "The Final Cut", de Pink Floyd. El nombre del prototipo hace alusión a la característica de emisión de parte de las orejas de Ringo (ringing in the ears), que es el fundamento de la teoría de localización espacial de Zuccarelli.

     Dado que los efectos de interferencia de las ondas de emisión del oído y las de los sonidos a escuchar son asimétricos, estas interferencias darían al cerebro los necesarios parámetros para que una localización espacial fuese completa incluso en el plano monoaural. Así se explica la localización espacial del ser humano, y la increíble localización de las grabaciones holofónicas (Holophonics TM) cuando son oídas haciendo uso de un solo auricular. Según la conferencia de la Audio Engineering Society (AES) y la BBC, "certificable".

     Esta teoría nunca fue aceptada por la comunidad científica, pero tampoco negada ni examinada en profundidad. Sólo existen escritos marginales en diarios y revistas científicas, y evidencia certificable en vídeos de programas científicos y de noticias, pero nadie hasta ahora decidió dar crédito a las teorías o a las evidencias de Zuccarelli.

     Muchas de las actividades de Zuccarelli se vieron frenadas por la industria discográfica, y en especial los intereses creados de las multinacionales que decidieron promover sistemas de sonido más caros (Dolby, Dts, Sony, etc.) que requerían más equipo electrónico y altavoces múltiples para obtener un resultado más primitivo (para obtener sonidos en el plano vertical, algunas compañías proponen altavoces en el techo). El sistema holofónico sólo necesita 2 canales, o dos altavoces estéreo.

     “The Final Cut”, de Pink Floyd, fue el primer álbum comercial grabado con esta técnica gracias a la colaboración de Hugo Zuccarelli que era tan aficionado a la música de esta banda inglesa como a las experimentaciones con el sonido. Zuccarelli fue quien les acercó la primera prueba de sonido holofónico, que terminó convenciendo a los músicos de que cambiasen el sistema estéreo, que ya no les era suficiente, por el sistema holofónico. Así fue como se presentó ante ellos con la grabación de una caja de cerillas agitándose, tomada con este sistema holofónico, o sonido total como le llamaba.

     Pero ya dejemos de lado tanta palabrería y escuchemos algunos ejemplos de sonidos holofónicos. Es altamente recomendable utilizar auriculares para disfrutar de estos grandes efectos de sonido. Aquí dejo algunos:







     Bueno, estos fueron unos pocos ejemplos de holofonías o sonidos holofónicos, es un efecto sorprendente y que en la actualidad puede ser perfeccionado gracias a la tecnología, y a los micrófonos de alta fidelidad que se pueden conseguir. Sin duda alguna, disfrutar del sonido holofónico es una experiencia única  y que a cualquiera le puede gustar, en lo personal, a mi me encanta escuchar diferentes tipos de sonidos holofónicos, ya sea para tener un momento de relax, ocio o simplemente por hechar a volar la imaginación.

-Van Slader-

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